La familia López Pérez será (embargada) por deudas al banco, y para no quedarse con nada, le piden a sus vecinos que les guarden algunas cosas.

Germán discute con un volantero que llena de papeles el edificio.

Un comprador "gringo" se interesa en el terreno del edificio y los vecinos tienen una semana para desalojarlo, pues será demolido.

Frankie diseña un plan para que todos se hagan pasar por gente pobre y necesitada para ablandar la conciencia del comprador.

El comprador visita los departamentos y se impresiona al ver a Benito llorando porque lo mandarán al hospicio, a Don Roque aparentando problemas mentales, a Silvia embarazada y sin dinero, y a Luis con autismo.

La imprudencia de Pedro arruina el plan de Frankie y el trato está por cerrarse; pero Germán convence al comprador para que adquiera otro terreno.